En estos navideños tiempos en los que todo el mundo recurre a carísimos corderos, prohibitivos cabritos, inaccesibles besugos y demás costosas viandas, desde aquí modestamente, os propongo un buen asado de gorrino que asado lentamente hará estremecer los paladares más exigentes.
Hay bocados que según entran en tu boca son un autentico festival. Imaginaros el maravilloso sabor del cerdo, la chispa alegre que da la cayena, el gusto acido de la piel del limón, el persistente sabor del clavo, y todo esto regado con una salsa a base de ajo asado y un poquito de vino. . .
Ingredientes (Para 6 con hambre y si sobra mejor)
1 Lomo de cerdo con la falda y costillas que le corresponden (Aproximadamente 2 kilos) · 1 cabeza de ajos · 1 rama de apio · 1 zanahoria · 1 cucharadita de café de clavo, 1 de semillas de cilantro, 1 de ralladura de piel de limón, 1 de pimienta · 2 cayenas · Medio vaso de vino · 1 cucharadita de harina · 4 dientes de ajo picados. Sal y aceite.
Y ahora, es cuando os cuento cómo. . .
Pedimos al carnicero que nos quite las chuletas del lomo, y nos de los huesos. Calentamos el horno a 180 grados. En un buen mortero majamos todas las especies hasta reducirlas a polvo ayudándonos con un poco de sal, añadimos los dientes de ajo y seguimos machacando hasta conseguir un buen puré. Estiramos la pieza de carne en la encimera, sal – pimentamos, y masajeamos con el puré la cara interior (donde han quitado las costillas). Envolvemos la carne con su propia piel y atamos con cuerda de cocina. En una bandeja de horno, ponemos la cabeza entera de ajos, el apio la zanahoria, y los huesos que nos había reservado el carnicero. Encima de los huesos, ponemos la pieza de carne, regamos con un poco de oliva, y lo metemos al horno durante 1 hora. Nos aseguramos que está hecho pinchando con un pincho moruno, y acercándonoslo al labio, si está caliente lo podemos retirar del horno. Quitamos la carne y reservamos tapada con papel de aluminio para que se reagrupen todos los jugos. Mientras reposa, ponemos la bandeja de hornear al fuego, quitamos los huesos, el apio y la zanahoria. Desgrasamos la bandeja, y machacamos los ajos con un tenedor, retiramos las pieles. Cuando empieza a cocer la salsa, añadimos una cucharadita (de postre) de harina y sofreímos para que no sepa a crudo. Añadimos medio vasito de vino tinto, dejamos evaporar y lo ponemos en una salsera (yo uso un bol de desayuno) cortamos la carne, la disponemos en los platos y le añadimos un poquito de la maravillosa salsa.
Un abrazo y felices fiestas.
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