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lunes, 28 de junio de 2010

Recetas, Verduras con gancheta.


Si algo he aprendido entre fogones y rodeado de buena gente, es que la cocina, no son matemáticas. Hará diez años, aproximadamente, las “tempuras” se empezaban a comentar, y desde hace 4 encuentras harinas de “tempura” en cualquier sitio. Qué bien. Esos fritos crujientes con verduras, gambas, langostino, que buenos están todos. Pero, ¿que es eso de la “tempura”?
Haciendo un poco de memoria, y después de probar esas delicias chinas o japonesas, me acorde de 2 platos que mi abuela bordaba (entre muchos otros). Uno eran las croquetas, en la vida las he vuelto a probar unas así de buenas, el otro las gambas con gabardina o gancheta. Era todo un festín ir a casa de la abuela, jugar en la “asociación” (asociación de vecinos de San Pascual) mientras mi abuelo jugaba al mus, y después de una coca cola subir a cenar a casa de los abuelos. Que gambas con gancheta, que patatas fritas de La Azucena, que croquetas, un poquito de jamón, un poquito de queso. . .
¡ay que rico estaba todo!
Yo que desde pequeño me andaba por los fogones, me encantaba ver como preparaba esos manjares, y siempre que era temporada mientras cocinaba no la faltaba un pepino con un poquito de sal para distraer el hambre mientras cocinaba. Sirva como homenaje a mi abuela María.

Y ahora, es cuando os cuento como . . .
Mi abuela siempre la preparaba igual, harina, un poquito de levadura y, agua muy muy fría. Batir hasta que no queden muchos grumos, y conseguir una consistencia que al meter un dedo, se quede impregnado después de que haya escurrido el exceso.

Yo lo cambie un poco, mitad de harina de trigo, mitad de sémola de trigo, sal, pimienta, unas semillas de mostaza, una lata de cerveza y una cucharadita de café rasa de levadura. Para la ocasión elegí una berenjena, un calabacín, un poco de brécol, y un tomate que tenía en la cocina. Corte fino , con ayuda de la mandolina, el calabacín y la berenjena, y puse con sal la berenjena para que no amarge. Luego el brécol, tronzando los trocos en unos 4 mm. Y por último el tomate del mismo grueso. Ahora es cuando se prepara la “gancheta”, una vez preparada echamos un poco de harina en las verduras crudas, para luego sumergirlas y moverlas en la gancheta.

Calentar el aceite, yo use una variedad del bajo Aragón que se llama Empeltre (muy suave y bueno para freír). Cuando este a la temperatura adecuada 180 grados (yo lo compruebo echando una patata, cuando se dora, está a la temperatura correcta) ir echando las verduras, cogiéndolas de una punta y dejándolas caer siempre hacia el lado contrario en el que estamos. Freír durante 5 minutos, de tal forma que se dore la cobertura, y quede crujiente, sacarlas muy escurridas de la sartén y ponerlas sobre papel absorbente. Aproveche un poquito de gazpacho que me quedaba, para mojar las verduras en la mesa, excepcional. Servir muy rápido y disfrutar. Si os quedan, al día siguiente están estupendas, aunque pierdan el crujiente.

Animaros a hacer esta receta, es muy fácil, y probar a cambiar las harinas, hacerlo con harina de garbanzos, de judías, de guisantes, cualquiera que encontréis. También podéis cambiar el liquido, echar vino, cerveza, cava, cualquier bebida que tengáis, os sorprenderá y esa combinación será la vuestra.

3 comentarios:

  1. ... David a pesar que son las 9.00 de la mañana y a penas hace 2 horas he tomado mi pan de semillas con aceite y mi zumo de naranja, si que madrugo, has conseguido abrirme el apetito con estas verduritas... ya las preparare y te comentare mi resultado...

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  2. San Pascual, La Azucena, tus abuelos son de la conce???? mi ex-barrio, y esas bravitas del Docamar que??? Añadelo en tus tascas (si te gustan claro)

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  3. Hola Josegos, espero que me cuentes como te han quedado pero prueba cualquier verdura, yo lo he probado con pimientos, zanahorias, y lo mejor alcachofas,increibles con una cerveza fresquita. Espero que ese pan de semillas, lo compres en el horno de la Fé y Valencia, son unas chicas majisimas, y hacen un pan excepcional.


    Hola Juan. Ese exactamente era el barrio de mis abuelos y mi madre. si algo me volvia loco era ir al mercado de San Pascual y ver esa casquería, desde pequeño me fascino. El docamar esta pendiente. Un abrazo.

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